
Redacción.- A menudo, el estrés de la vida diaria y la ansiedad por cumplir con todo se hacen sentir en el cuerpo. Pueden producir contracturas, palpitaciones, y hasta sensación de opresión en el pecho, lo que puede generar preocupación por la salud.
La pregunta es: ¿toda esta tensión emocional podría ser peligrosa y afectar la presión arterial y el corazón?
El doctor Sergio Baratta, jefe de Cardiología del Hospital Universitario Austral explicó a Infobae: “Distintas situaciones de estrés agudo pueden causar un incremento transitorio de la presión arterial y en algunas situaciones el aumento sostenido puede provocar hipertensión arterial. Asimismo, tanto el estrés como la ansiedad están asociados con un mayor riesgo de hipertensión arterial y eventos cardiovasculares”.
Por otra parte, la doctora María Bárbara Nigro, especialista en cardiología e hipertensión arterial, magister en hipertensión arterial, detalló: “El estrés puede desencadenar la liberación de hormonas de nuestro cuerpo que aumentan en forma temporal la presión arterial, pero no significa que seamos hipertensos a largo plazo".
"Ante una situación de estrés o de ansiedad o de nerviosismo nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol y adrenalina que aceleran nuestro corazón, el ritmo cardíaco, producen vasoconstricción en nuestras arterias y elevan la presión arterial", agregó.
"Pasada esta circunstancia que sea temporal, la presión arterial vuelve a la normalidad una vez que se resuelve la situación estresante. Por lo tanto, esta situación de hipertensión aguda o nerviosa se resuelve”, precisó la experta.
A su vez, el doctor Baratta refirió: “La ansiedad, que hasta cierto nivel puede ser normal, es una sensación de preocupación o miedo tanto a cuestiones conocidas o puntuales como desconocidas. El estrés y la ansiedad se relacionan. Mientras que el estrés puede ser reinterpretado a través del aprendizaje como algo positivo o al menos neutro, ajeno al peligro, la ansiedad siempre es desagradable”.
El experto recomendó: “Ante estas situaciones, la persona debe tomarse la presión arterial con la técnica correcta, luego de 5-10 minutos de reposo, intentando hacer ejercicios de relajación. La persistencia de valores elevados en sucesivas mediciones exigen una consulta con el objetivo de descartar un respuesta reactiva transitoria de un diagnóstico definido de hipertensión arterial”.
La ansiedad y la falta de gestión del estrés pueden contribuir a la aparición de la hipertensión arterial, y el estrés se podría considerar como un factor de riesgo que contribuye a la enfermedad cardiovascular.
Cómo cuidar la salud cardiológica del estrés y la ansiedad
El doctor Baratta explicó que los programas de reducción de estrés basado en mindfulness y la terapia cognitivo-conductual han mostrado resultados positivos en la reducción de la presión arterial.
“Actividades como bailar y escuchar música también contribuyen a la disminución de la presión arterial. El ejercicio físico libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y generan una sensación de bienestar y euforia. Este efecto, comúnmente conocido como “euforia del corredor”, ayuda a reducir los niveles de ansiedad y mejorar el estado de ánimo", afirmó.
Claves para tomarse bien la presión
Controlarse la presión arterial en casa es una herramienta clave para la salud cardiovascular. Sin embargo, muchos lo hacen de manera incorrecta sin saberlo.
“Lo ideal es tomar al menos dos mediciones consecutivas, con un pequeño intervalo entre ambas. Si hay una diferencia de más de 10 milímetros de mercurio en la presión máxima entre las dos mediciones, se recomienda realizar una tercera y promediar los valores de la segunda y la tercera”, explicó el doctor Sergio Baratta, quien brindó estas recomendaciones para una medición fiable:
● Respecto a los equipos domésticos. Conviene utilizar un tensiómetro de brazo validado, preferentemente automático, en tanto requiere menos calibraciones. El aneroide -es decir, el del relojito-, en cambio, debe calibrarse cada seis meses, algo que rara vez la gente lleva a cabo.
● El tamaño del manguito sí importa. Si el manguito es demasiado pequeño, puede sobreestimar la presión; si es demasiado grande, subestimarla. Para saber el talle correcto, se debe medir la circunferencia del brazo y luego verificar si coincide con la medida indicada en el tensiómetro.
● En cuanto a la colocación del brazalete, debe ir dos centímetros por encima del pliegue del codo, directamente sobre la piel, sin que medie la ropa. No debe estar ni muy flojo ni muy ajustado: deben entrar dos dedos entre el manguito y el brazo.
● Hacer un período de reposo durante la preparación: de 3 a 5 minutos, en un lugar tranquilo.
● En lo que refiere a la postura, necesita ser relajada, de lo contrario puede alterar la medición. Es importante sentarse con la espalda apoyada en el respaldo y los pies en el suelo, sin cruzar las piernas. Apoyar bien la cola en el asiento. Y mantener el brazo relajado, con la palma hacia abajo y a la altura del corazón.
● Otras condiciones a tener en cuenta. Esperar al menos 30 minutos si se ha consumido alcohol, cafeína, bebidas gaseosas, fumado o realizado ejercicio intenso. No medir la presión en presencia de dolor. Vaciar la vejiga antes de la medición.
Fuente: Infobae