
Mancheta Salud
Santo Domingo.- Un diagnóstico que no ha sido consultado ni confirmado por un profesional de la salud no debe considerarse válido.
Recurrir a la Inteligencia Artificial (IA) o a navegadores de internet para diagnosticar una enfermedad, o una presumible enfermedad, es una irresponsabilidad del paciente o en este caso un candidato a ser paciente médico.
Ver un video en redes sociales, particularmente en Instagram o Facebook, sobre un test rápido que promete determinar si alguien sufre de ansiedad, depresión, enfermedades mentales o algún nivel del trastorno del espectro autista (TEA), entre otros, es una mentira poco sostenible.
Y ni hablar de YouTube, donde algunos contenidos diagnostican y ofrecen recomendaciones sobre cómo tratar una enfermedad, qué medicamentos tomar, qué tratamientos seguir y qué rutinas adoptar para corregir o mejorar la “situación de salud”.
Una consulta a la IA o ChatGPT, una respuesta de Google o Internet Explorer, un test rápido de Instagram o Facebook, un video de YouTube, no está calificado para diagnosticar ningún tipo de enfermedad.
Así como tampoco lo está un conocido, vecino, amigo, hermano, primo o cualquier otro familiar sin educación médica, que no conozca siquiera el significado de salud, y que solo se motive a confirmar una patología o motivar al cambio de un medicamento por una simple experiencia.